ANTECEDENTES
El 6 de diciembre de 1908, nace Severiano Martínez Martínez. Queda huérfano de madre a los 2 años y de padre a los 7. Vivió una infancia difícil, con carencias y pobreza; con privaciones y hambre. Ingresa al Seminario de Monterrey en 1921. En 1924, es enviado a Roma, Italia, a concluir sus estudios sacerdotales. Es ordenado sacerdote en 1931.
En 1934 visita Turín, ciudad de Don Bosco, quien habría de ser su padre y maestro en el futuro apostolado que Dios le tenía preparado. Ahí mismo, en Turín, conoció la obra de San José de Cotolengo quien creó ahí una pequeña ciudad que albergaba 5000 personas con problemas físicos de deformidad corporal y mental. Ofrecía alimentación, atención médica, Dios proveía día tras día de cuanto era necesario.
En 1934, regresa a Monterrey, ahí se le encomiendan varios oficios, siempre relacionados con jóvenes y niños.
En 1936, en la Basílica del Roble, encabezó durante 14 años la Congregación Mariana con las secciones de niños, jóvenes y adultos.
Dentro de sus múltiples proyectos fundó el Colegio México, que funcionó bajo su tutela de 1942 a 1947, estuvo al servicio de niños de medianos recursos.
Entre 1947 y 1948 fundó el “Colegio Calderón”. En esta obra desde un principio, se anexó al Colegio un pequeño internado que albergaba constantemente de 40 a 50 jovencitos cuyos antecedentes eran ser de escasos recursos, ya sea morales o económicos.
Sin embargo, Severiano quería una obra diferente, una obra que semejase una pequeña ciudad de los niños. Fue así como en marzo de 1948 crea su Obra maestra: La Escuela Prevocacional. Estaría dedicada a dar apoyo material y espiritual particularmente a los pequeños que se ganan la vida trabajando por las calles de la ciudad, vendiendo periódico o con el cajón de bolear, expuestos a innumerables peligros. Por otro lado, le preocupaba el grupo de los que eran remitidos a la demarcación de policía, o tal vez, confinados en la penitenciaría del Estado, donde eran hacinados en los ambulatorios de las mujeres que ahí se encontraban. Inició con unos 20 ó 30 muchachos que le encomendó el Tribunal de menores. Existían dos grandes secciones de internos: los remitidos por el Tribunal de Menores y los que eran enviados a iniciativa y petición de los Padres.
En 1950 la Escuela Prevocacional se trasladada al municipio de Guadalupe.
En estos primeros años el Padre Severiano recorría por las noches, los lugares más frecuentados por los vagos. Buscaba menores de edad y los llevaba a la Escuela Prevocacional donde les esperaba una cama, comida y sobre todo cierta protección, a salvo de los peligros de la calle. Eran los años de 1951-1952 cuando, parte de los internos albergados en el Colegio Calderón pasaron a la escuela prevocacional.
En abril de 1962, al verse agotado y enfermo, solicita la ayuda de los Misioneros de la Natividad de María, siendo los primeros el padre Carlos Sandoval Govea MNM; y, unos años después, el Padre Jesús Contreras Maya MNM.
Desde el primer día, el Padre Sandoval supo ganarse la estimación de niños y jóvenes, sin embargo, al ser nombrado Superior General de su Congregación deberá dejar la institución en 1984.En 1985 muere el Padre Severiano. La Escuela Prevocacional fue su obra maestra, donde dejó la mayor parte de su vida, sus penas y sus alegrías, fue ahí donde vivió las experiencias más saludables de fe y de fortaleza.
La dirección y continuidad queda bajo la tutela de los Misioneros de la Natividad de María, en la persona del P. Jesús Contreras. En este período el gobierno del Estado crea el Consejo Tutelar para menores y los menores infractores deberán abandonar la Escuela Prevocacional. Empieza una nueva etapa, la Institución atenderá exclusivamente a niños carentes de redes de apoyo, ingresados a petición de los padres o familiares. El Padre Contreras protege y asegura los bienes patrimoniales de la Institución hasta 1995, cuando muere.
De 1995 al 2008, bajo la dirección del Padre Víctor Cárabes, se fortalece la infraestructura, se restauran y se equipan los dormitorios, se construye el gran comedor del que goza hoy la Casa. En 2008 se propuso un gran reto: incorporar e integrar niñas a una trayectoria de 60 años en que había albergado sólo varones. Esto vino a aliviar el sufrimiento de tantos pequeños que, además de verse separados de sus padres, tenían que separarse también de sus hermanitas. Fue un bálsamo para tantos padres que, al menos, tenían el consuelo de ver en un mismo lugar a sus hijos. En Julio del 2008 el Padre Víctor es elegido Superior General de los MNM, por lo cual debe dejar la dirección de la Casa Hogar.
El 18 de agosto del 2008, el Padre José Guadalupe Rayas López, MNMN., es nombrado Director General, con la encomienda de acrecentar y proyectar todo el potencial que tiene la Institución, para seguir brindado una formación y educación de la más alta calidad a la niñez más desfavorecida. Se profesionaliza el servicio en todos los niveles. A partir de este momento, la Escuela prevocacional se transformará en la Casa Hogar Padre Severiano Martínez.
Para lograr este objetivo, ha sido valiosísima la colaboración de las “Misioneras del Perpetuo Socorro”; las “Hermanas Guadalupanas del Corazón Eucarístico”; y, actualmente, las “Sisters, Servants of the immaculate Heart of Mary” (Hermanas, Siervas del Inmaculado Corazón de María), una Congregación que tiene su sede en Scranton, Pensilvania, E. U. A. Todas ellas han brindado calor y amor, convirtiendo la Casa en un verdadero Hogar.
2019, la Casa hogar se ha convertido en un referente, en el Estado de Nuevo León, en cuanto a Instituciones de calidad que prestan el mismo servicio educativo se refiere. Ha creado, su propio modelo educativo, que responde realmente a las necesidades de los niños. Ofrece, además, un programa de formación humana para los padres de familia, pues, son ellos los verdaderos maestros de sus hijos. La Institución va en dirección de convertirse en un auténtico centro cultural y de formación, para los niños en situaciones de vulnerabilidad y sus familias; para niños y miembros de la comunidad circunvecina.
A lo largo de 72 años, han pasado miles de niños por este centro de formación y la cosecha ha sido abundante: médicos, abogados, maestros, ingenieros, etc., y, recientemente un joven sacerdote, orgullosos y agradecidos de haber estado en esta Institución.
Podemos hablar de un antes y un después del modelo de atención. Durante casi 65 años la Institución operó con una visión asistencialista, atendiendo a las necesidades de sobrevivencia de los niños albergados (alimentación y hospedaje). Sin ninguna mala intención, pero los alumnos eran vistos como un sujeto de necesidades para satisfacer, sin provocar conscientemente un resultado o muchos menos un impacto en la sociedad. Con la implementación del modelo de atención, se ve a los alumnos como un sujeto de derechos y responsabilidades en el que la educación y formación diaria que ellos reciben es como un entrenamiento para el ejercicio de sus funciones como ciudadanos.
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